Y se cayó todo...

Aunque en estas últimas horas hubo un salvataje, se cayeron los mercados, las hipotecas, el primer mundo entró en una crisis que era imaginable, de alguna manera, pero que se intentaba negar. Parece que a los medios los agarró desprevenidos.
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He visto la contradicción, en esta semana, de aquellos que dicen que Argentina está alejada del mundo, porque no tiene créditos internacionales, pero lo cierto es que eso hizo que esta vez nos salváramos. La sensación que uno tiene esta semana es que pareciera que está bueno estar afuera de ese mundo. Ese mundo al que la derecha siempre quiere que entremos, pero cada vez que lo hacemos, nos dan una cachetada. Pero muchos comunicadores intentaban meternos en un mundo que sólo nos utiliza para lo que le conviene, y no sólo a nosotros.

Hablamos de pobres y ricos. Esta semana se conoció, en Mendoza, el veredicto del juez que tenía hace un mes la causa de una niña de doce años, violada por su padrastro, embarazada. La sensación que tuve es ¿qué hubiese hecho la madre si fuera de clase media? Seguramente un aborto ilegal, y de esto nadie se enteraba. Quien tiene menos recursos es lamentablemente el más expuesto, por lo tanto es el que más se castiga, el que más se juzga, al que más se le dice cómo debe vivir, cuando uno no vive así.

Pero los medios nos han dado de todo: por ejemplo, se casó Roberto Piazza con Walter, y se armó un despelote mediático, porque parece que Fernando Peña lo criticó por no “ser sobrio”. Más allá de eso, de esa cosa casi circense, me parece que sirve como resorte para discutir.

La primera mañana se llenó de mujeres… está Maru Botana que está como drogada, no sé que le dan. Pero mide, mide. En los otros canales están matándose con la actualidad, y ella hace una torta, y mide. Y apareció Mañaneras, en América: logra hacer ese conglomerado de momentos insufribles. Mujeres en la conducción, mujeres en el panel, “el lado femenino de las cosas”… Atrasa 30 años. Y la otra cosa es que se toman las noticias “en serio”, pero ya no hay más noticias en serio. Ya no hay más paparazzis que sigan a las estrellas, ¡ya no hay más estrellas, está todo inventado!

¿Qué difícil, no? Uno se pone un poco paranoico si está todo inventado, si está todo armado. O mejor inventamos nuestra propia manera de leer la realidad. Cómo me gustaría hacer eso. Pero mejor me callo, y empezamos.