sábado, 11 de abril de 2009

Del muro real al muro simbólico, del muro simbólico al muro real

No es el primer muro. Pero se mediatizó. No, muchos cuntrys tienen fuera de su jurisdicción muros para separarse. En “Un mundo perfecto”, Carla Castelo nos acerca un testimonio de una progre que vive en el Barrio cerrado de Tigre: "Por lo menos les sirve de pared para la construcción”. Tratando de justificar la pared que tapa la villa por fuera del barrio cerrado.



Este, el de San Isidro, el de la Horqueta, nos sorprende porque es noticia, es noticia porque el intendente de San Isidro (Posse, hijo) pensó que era una buena noticia. Pero los muros simbólicos (“no te sientes con ese, cuidado con aquel” , etc), son reales.

Parece que el periodismo progresista se puso loco con este muro. ”Ya es mucho”, dicen algunos. Otros ni siquiera eso. ¿Pero no estábamos construyendo un muro mucho antes de que estos señores decidan que pueden hacer lo que se les canta?

Todo parece extremo en este tiempo. Leía la critica de “6 7 8”, programa de Canal 7, sobre medios, en donde Luis Maria Hermida (uno de los que hace critica de TV en Clarín, y por cierto jamás destruye un programa de Canal 13…) afirmaba:
"Aunque parezca un juego de palabras no lo es: el periodismo de periodistas no está bien visto, por los periodistas. Según una norma no escrita, el periodismo puede y debe ocuparse de todos y de todo, menos de los periodistas. Los que sólo podrían ser alcanzados, eventualmente, por el juicio de la opinión pública y de la historia.”

¡Por fin alguien lo escribe! Este es uno de los tantos privilegios de los comunicadores, como también una de las tantas formas de amenaza que cargan.

Vi CQC el lunes. La verdad no me gusto, no. Ahora: ya el año pasado y los anteriores, CQC había perdido su gracia primera. Se había esfumado. ¿Que vi el lunes? La pérdida de esa gracia, sumada, a la pérdida del timón tan aceitado que tenían sus antiguos conductores.

Debo, por ser mujer, hablar bien de Ernestina Pais, la nueva adquisición del programa que marcó no solo una nueva Tv ,sino un programa en donde la mujer no tenia lugar. ¿Estaba mal? No, era uno. ¿Debo defender el genero y hacer de Ernestina una gran anfitriona de CQC? Un primer programa no es juzgable, tanto en la radio, la tele y la grafica, nunca se puede hacer una crítica ajustada. Simplemente porque el programa, la emisión o el numero cero de la grafica, no tiene la plástica, que sus sucesores. Si, me parece que CQC sigue siendo tan machista en su estructura como antes. Ahora solo queda más en evidencia. Una apertura en donde una morocha sexy y ajustada (Ernestina) y una rubia vociferando (Carla Peterson) se agarran de las mechas , es el ABC del machismo.

Todos los medios hablaron bien de este primer envió, ¿será una reivindicación del lugar de la mujer? No. Parece que todos le quieren pegar a Pergolini, no necesariamente por sus ultimas posturas políticas, mas bien porque siguen sin soportar que aquel muchachito despectivo se convirtiera en un ganador…Cada vez los medios pivotean en parecerse a la salita azul del jardín de infantes y lo peor de un Tirano.

Pero como decía, no fue lo único que sucedió.

Jorge Lanata renunció a Critica de la Argentina, el ultimo diario de papel (como lo llamo él) , su ultima creación (obviemos el teatro de revista). ¿Que decir?... El diario no estuvo bueno nunca, no encontró el rumbo lamentablemente. Lanata vuelve a la tele desde el lunes por canal 26 a las 21. Desde aquí espero que vuelva a hacer lo que sabia hacer: preguntar, cuestionar , investigar. Parado desde algún lugar, cosa que no logró en el diario. Pero antes citaba a Hermida: “el periodismo de periodistas no esta bien visto”, pero Clarín no se ahorra en pegarle a Lanata como si fuera un enemigo de su altura.

Y vuelvo al muro, no en si, sino a los periodistas que pueden titular: “Frenar un tsunami con un paraguas”, Adrián Ventura titula en LA NACION. Y me quede en la palabra “tsunami”, son los pobres, un fenómeno de la naturaleza imparable al que hay que combatir, algo que no tiene que ver con nosotros (los no pobres), algo que llega de…DIOS!!

Y los periodistas quieren que los comunicadores no hablen de los comunicadores, ¡¿entonces por qué no dejan de decir pavadas y revisan un poco su calidad de narradores de la realidad?! Porque últimamente, dan testimonio en la grafica, la radio, la televisión que son capaces de argumentar lo que les plazca como si estuvieran en una peluquería!

Sí, ya sé. Mejor me callo y empezamos.



Diez cosas que no queremos escuchar más en las radios
La columna de Jorge Bernardez

- Titulares del tipo: El choque nuestro de cada día

- Locutoras sexys. Sobre todo porque después las conocemos y son unos bagayos.

- Columnistas de espectáculos que leen planillas de rating. Se dedican a espectáculos o a la quiniela

- Periodistas deportivos que después de un partido pregunten cosas del tipo: Partido difícil ¿no?

- Conductores que hablen mal del entrevistado una vez que este ya no está al aire

- Conductores comiendo al micrófono a los que se les escucha cada movimiento de la mandíbula. De paso sea dicho, tampoco nos gusta escucharlos casi eructar o regurgitar al aire

- Columnistas de economía que usen Money de Pink Floyd de cortina

- Ronda de chistes con los integrantes del programa e incluso oyentes, los oyentes están para oír y son buenísimos para eso.

- Conductores que cuentan su vida privada y sus actividades nocturnas que van desde un festival de Jazz a un Opera olvidándose de contar que generalmente terminan esa noche en Salomé o en Sunset

- Efectos de sonido tipo trompazos, descargas de inodoro o el agotador “cuac” para remarcar un chiste que al operador le parece horrible

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