Nunca antes tantos famosos habían salido a dar soluciones por el bien del país. Siempre eran medios famosos, actores, actrices, directores, escritores, el famoso prestigioso. Pero esta semana ha soltado al famoso popular a vociferar en sus propios programas y en diferentes noticieros, radios, etc. El famoso popular, o aquel que se lo considera dentro del ámbito de las ”figuras de un país”, suele dejar bastante que desear en cuanto a su formación intelectual.
Estas figuras, suelen haberse desempeñado dentro del marco mas comercial del ambiente, se caracterizan por no leer mucho, solo consumir teatro on, adoran Miami por esa mezcla entre latino y Versace. Son implacables, Católicos, no están de acuerdo con el matrimonio gay, pero hacen olas frente a Florencia de la V. Solo piensan en si mismos, y sus fundaciones con las que quieren hacer creer a su publico que son solidarios, cuando en realidad es un mecanismo para devengar impuestos.
Pero cuando detrás de sus vidrios polarizados “el pobre” brama por sus derechos, lo desprecian, quieren aniquilarlo, ¿por que? Porque son negreros, explotan a la gente que trabaja y sobre todo ¡son brutos! Tan brutos, que van a caer en su propia trampa.
Hablo Mirtha, habla Susana, habla Marcelo. La Sra quiere organizar una marcha, Susana quiere matarlos a todos, y Marcelo contesta a cada crítica. El discurso que sostienen es que ellos son millonarios por propio esfuerzo: eso es mentira, no es la primera vez que lo decimos, lo que ellos tienen les falta a otro.
El ciudadano común no lo ve así, lo han educado en que el que llega es porque se esforzó, y eso es cierto hasta un limite, luego es lisa y llanamente robo. Pero ojo que van a caer en su propia trampa, pues nadie soporta un sujeto que todos los días habla de sus millones.
Son tan brutos nuestros famosos, que la sra/sr frente a la tele va a terminar diciendo: “pero tanta plata tienen estos …Por que?...” Dejen de hablar, por su propio bien…
Y el lilitismo de cada semana: “Yo no quise faltarle el respeto, no le dije narcotraficante, le pedí disculpas, no le pedí disculpas, no quise ofender a su familia” ¡Arrugo Lilita, frente a Duhalde, que feo!
Y los días trajeron alegrías y tristezas, triste que los diputados no dieron quórum para tratar el matrimonio gay en las comisiones, el paso previo para que pueda llegar a las cámaras. Que no se presenten los diputados del PRO o el radicalismo es coherente con su posición política, pero el oficialismo…deja mucho que desear. Y los medios no lo reflejan pues, ellos como estructura están en contra.
¡Es muy extraño pues muchísimos periodistas políticos son homosexuales, a veces es muy loco como conviven en un solo cuerpo deseos tan encontrados! Y, la alegría vino por parte de la justicia, que en el ámbito porteño podríamos tener el primer casamiento homosexual en Latinoamérica.
¿Te lo imaginas a Macri? ¿Lo soportará? O ya tiene entrenados tiradores para acallar cualquier conflicto? No parecía un gangster, asi flaquito con los bigotitos, esa cara de medio tonto, y el tipo pelo código mafioso.
Viste, no eran solo políticas neoliberales las de la capital, parece que lo de Ciro James es la punta del iceberg. Pero los medios nada, no acusan recibo! Todo parece una puesta en escena, la realidad esta como desdibujada. Como la publicidad en donde uno le pregunta al otro “¿como estas?”, y todos dicen “bien”, hasta que uno, quiere hablar, y todos desaparecen. Hasta en una publicidad de galletitas te cuentan el salvajismo en el que vivimos, pero con onda.
En la FM hablábamos con Carlos Gabetta, el director de la edición de Le Monde Diplomatique para Latinoamérica, de la similitud entre los conflictos sociales en el mundo, el capitalismo como sistema cuestionado, la imposibilidad de sostener la brecha entre pobres y ricos, la eclosión social. Un oasis en medio de los medios.
Y si bien vuelve el caño en lo de Tinelli (los pobres no le miden tanto… ¿y si hace “el caño en el impenetrable?), la presidenta pidió que no hicieran la marcha en apoyo a laralara…! ¡Por suerte! Sabíamos que es solo una marcha para apoyar a la vieja cúpula sindical! ¡Me alegran sus reflejos señora presidenta! No escuche a los grandes medios, ellos, como todos sabemos, quieren que nada cambie.
Sí, ya sé. Mejor me callo, y empezamos.
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