Como un arco iris, después de una tormenta, y al comienzo de otra… La sensación de ir de temporal a temporal.
Desde el domingo que el zapping de mi tele estuvo a punto de romperse, me encontré con “6, 7, Ocho” edición especial, (programa que no veo por el horario), y una discusión sobre la agenda de lo que acontece. Hablando de inseguridad / seguridad y cómo lo tratan los medios, se planteo que pasa con la agenda política. ¿Falta una?
Y me quede con ganas de saltar a la pantalla y decir:”la agenda política la marcas los medios”. Si bien existen disparadores d e la realidad, que serán noticia, lo central sólo será elegido como principal por la construcción mediática.
Esta semana, a pesar del escándalo con el Gobierno de la Ciudad, la agenda marcó como prioridad: la INSEGURIDAD. TODOS LOS canales DE NOTICICAS FUERON SIGUIENDO PALMO A PALMO, robos, tiros, etc, etc , etc
La pantalla dividida en 4, cada una con el resultado de un hecho violento (dos de la capital y dos del conurbano), resaltando la muerte de una arquitecta en Wilde, además de catequista.
No es menor la pantalla dividida. Lo hemos mencionado antes por ejemplo: el conflicto del campo en donde equilibraban la imagen de la presidenta y los cortes de ruta como si de esta síntesis se desprendiera el futuro del país. En este caso, con 4 episodios de violencia tomados al mismo tiempo y trasmitidos en vivo , nos dicen:”No hay salida”, “la calle es un campo de batalla”.
Por esta razón, este es un recurso valido solo para temas de envergadura nacional o internacional (guerras, desastres naturales, caída de gobiernos). Por otra parte, la idea de ensalzar la condición de catequista de la victima, une el prejuicio de lo religiosos (todos los devotos son buenos) con el tan instalado de que “matan a los santos”. Por lo tanto los delincuentes deben ir a la hoguera. Con la ilusión que el delincuente es UNO, UN ser, no una cadena de circunstancias (falta d e educación, salud , desempleo, venta de autopartes ,policía corrupta, en fin mucho mas).
Y también ha sido la semana Mauri es Macri. Lo de la policia metropolitana viene siendo un escándalo , pero esta semana rozo lo bochornoso. Ya son dos cuestionados los jefes que defendió Mauri como si fueran su familia. Uno ya preso, cantidad de escuchas cruzadas.
Alli el Mauri que sale en la revista Caras con su novia Malala( no tiene nombre son como estrellas), en una comida a beneficio de los que malefician, el Mauri que ama a Quenn e imita a Freddy Mercury, el que festeja cuando gana su partido como si fuera la fiesta de egresados del San Andrews, ese queda pulverizado frente a Macri, el tipo que solo quiere hacer negocios, el que no esta con los pobres, los negros, los maestros, los médicos , los cartoneros, los pensadores. El Macri que solo quiere una policía pues quiere ese negocio y de paso vigilar al ciudadano porteño.
Mauri dio paso a Macri , aunque con ese tono zonzon declare en su conferencia de prensa:”No nos van a parar”, aludiendo por milésima vez al gobierno nacional. Mauri es Macri, y no le importa que la policía sea una de las instituciones mas cuestionadas todavía hoy en la argentina, quiere una para él, como antes quiso un equipo de fútbol.
Ahora, su policía es un desprendimiento de la federal que es, ni mas ni menos, la que reprimió con toda crueldad en el recital de la banda “Viejas Locas” el sábado, que nos dejó en coma a un pibe, un pibe del conurbano.
Yo no voy hacer odas a la banda del Pity, ¡pero frená a la barra brava de Velez! Los pibes tenían como arma un porrito y un celular. Pero como somos un país que quiere cuidar a sus chicos, un diputado por Mendoza, presenta una ley para que los menores no salgan de 20.30 a 6 de la mañana, otro en Salta, pide el servicio militar para los mas jóvenes. Ya que los menores nos molestan tanto, son incontrolables, delincuentes, desobedientes, ¿por qué no los encerramos a todos y disponemos de una ley que prohiba con el exilio a aquellos que traigan hijos a este mundo? Porque cuando nacen son todos lindos, pero señora: crecen…y eso es inadmisible.
Con esto de los pibes, no pude recorrer la vuelta del prostíbulo de Tinelli, la fama del idiota de Ricardo Fort, la vergüenza ajena ante los movileros frente al medico que atiende a Sandro. ¡Los pibes, no te dejan hablar d e lo importante!
Sí, ya sé. Mejor me callo, y empezamos.
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