sábado, 5 de septiembre de 2009

¡La ley que crispa los nervios!


Septiembre del 2009 será recordado por muchos. Septiembre será el antes y el después de una ley de medios que llega al Congreso para por fin, dejar atrás la ley de la dictadura. Esto es así, digan lo que digan.

Podrán algunos estar más de acuerdo con el proyecto oficial, podrán señalar algunas modificaciones, pero sí o sí, quien esta comprometido con la democracia no puede no estar de acuerdo con la ley de medios. Aquí, en este programa en que intentamos analizarlos, hemos hablado de ella desde marzo, cuando comenzó a circular el proyecto. Ahora bien, esta semana parece que todos tomaron conciencia de su existencia. Los nervios están crispados, como yo no recuerdo otro momento desde el comienzo de la democracia (a excepción de los ataque carapintadas).

El lunes Capusotto nos dio una lección de humor desde su programa, cómo todavía se puede hacer humor, incluso humor político desde el desenfreno más rockero. Pero, poco nos podemos detener en ello pues el “debate” mediático de la ley ocupó todo los programas y casi todos los canales.

Desde el mismo lunes tanto el canal América como Canal 13 entraron en un in crescendo en contra de la ley esperable (son dos de los grupos monopólicos que la ley disolvería del ámbito porteño). Lo primero que me llamo la atención era la cantidad de periodistas políticos, legisladores, que no habían leído el proyecto.

¿Se puede discutir una propuesta sin saber que contiene?

Esta falta de seriedad (aunque de antemano sepas que vas a estar en contra pues toca tus intereses), habla de los escasos valores democráticos en quienes son los trasmisores privilegiados de estos, léase periodistas y legisladores. Al no leerla, los argumentos contra el proyecto solo pueden decirse a los gritos.

Y eso paso como una repetidora en TN todo el tiempo, en América, y las radios que pertenecen a esos grupos. Teenmbaum y Zloto ,condujeron el debate menos ríspido del canal que dice ser “Todos nosotros”. Aunque al ver al diputado Rossi del FPV en la misma mesa que Tenembaum luego de la discusión poco periodística sobre el fútbol, uno sentía del otro lado de la pantalla como una bomba que iba a explotar.

Y explotó en los días subsiguientes. Y decir Bomba, no es tan solo una metáfora. Esta disputa, que tendría que ser un debate, es lo que otrora un enfrentamiento armado. No hay códigos, y los multimedios que serian los más perjudicados si este proyecto se convierte en ley, no tienen miramientos en las armas a utilizar. Mientras los oyentes, televidentes, lectores, quedan en su mayoría fuera de lo que sucede, los medios libran su batalla.

RSM, el programa de Mariana Fabián, tuvo que soportar la emisión del día miércoles en directo ,el discurso de 25 minutos (¡nunca visto!) que dio desde Mendoza Daniel Vila, uno de los dueños de América (en sociedad con jose Luis Manzano y De Narváez). “Acusó a Néstor Kirchner de utilizar la Ley de Medios para esconder los resultados electorales adversos de las últimas elecciones y para relanzarse por “tercera vez” a presidente, que la guerra contra los medios será peor que la que llevó contra el campo y trazó un paralelismo entre el accionar que tiene el presidente de Venezuela Hugo Chávez para controlar los medios y las intenciones del Gobierno Nacional.”

El mismo Vila que dos semanas antes se sentó en el programa de Fantino con Aníbal Fernández a festejar el fútbol para todos, esperando que el gobierno beneficiara a su canal. Y no fue así. Un señor que jamás le preocuparon los desaparecidos, los pobres, y se dio el lujo de titular su discurso con un zócalo: ”Nos quieren secuestrar la palabra”
Si, la verdad Vila, yo las tuyas las secuestraría, las metería en una cajita para que nunca mas vivamos los 90.

El mismo día, “A dos voces” (perdón ya se que no debo mirar ese programa, pero soy adicta a mi dosis de enfurecimiento semanal): otra vez sopa, Silvestre y Bonelli, con un “debate” entre el diputado Aguad (UCR) la senadora Estensoro (Coalición Cívica, y Gustavo López (Subsecretaria de la Presidencia).

Si este programa es una dosis de pobre periodismo, semana a semana, esta mostró lo peor de si, cuatro contra uno (y a los gritos los cuatro). Nunca vi como los conductores mas dos invitados arremetían contra el cuarto integrante, decí que sólo el subsecretario conocía la ley al dedillo y podía discutirla, pero los otros…La verdad Aguad (no lo tenía en mi memoria, ahora me lo acuerdo para siempre), en sus argumentos desquiciados, planteo que la mayor autoridad tendría que ser como la Corte Suprema! ¡Una locura! Autoridades vitalicias para el ente de control de los medios, discuten de quien dependen, ¿y a este diputado se le ocurre que mueran en el cargo?

Ahí ya no podía creer como iban a discutir un proyecto sin conocer absolutamente nada de la materia. Quizás esto pasa siempre, eso me preocupa, pues esta ley yo la leí, ¡que pasará con aquellas que uno no entiende casi nada! Sólo tenia papeles en el escritorio el Subsecretario de la Presidencia, los demás no. Allí note algo que para mi, siempre había pasado inadvertido: si en un debate sobre un proyecto emitido por la televisión, algunos de los disertantes no tiene un papel en su mano, o están colados, o son amigos de los conductores, por lo tanto no deberán precisar nada, pues el mismo programa apoya su opinión.

Un caso paradigmático de este detalle (no menor si lo aplicamos en todos los casos) es la diputada Giudici, la de la Comisión de Libertad de Expresión (que es muy loco que esté en esa comisión, no deja hablar a nadie), pasa por TN como por la peluquería! Siempre le preguntan lo que ella sabe: los monopolios no son tan malos!

Y ya el jueves cuando intente mirar canales con contenido periodístico, abandoné. Código Político utilizó todo su programa para llevar en su zócalo: ¡¡La ley de medios K, la ley anti medios, la ley contra los medios!! Los dos portavoces del grupo de mayor concentración estaban como locos, ese Blank y Van Der kooy. Las duplas de TN podrían salir en parejas de muñequitos, no? Tenembaum/Zloto, Silvestre/Bonelli, Van der Kooy/Blank.. Qué parejas, para que los chicos se descarguen. Un negocio para el grupo alicaído!

Pero más allá de todos los chistes que se me ocurren, me dije Basta! ¡Es mucho para mi! Pero no, esto seguirá, como una batalla de un proceso mayor, quedará un claro ganador. Esperemos que sea la gente.

Sí, ya sé. Mejor me callo, y empezamos.

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