lunes, 1 de noviembre de 2010

Un nudo de palabras


Este no va a ser un programa como todos los demás. Este es un programa en el que estamos tristes, muy tristes. Con bronca, dolor. Un programa en que la subjetividad se hace carne en cada uno de nosotros. Un programa en que el análisis esta acompañado por dos sentimientos: congoja y fuerza.

Nunca me imagine así. Nunca. No fui peronista, tampoco kirchnerista. No voté al ex presidente. Pero hoy solo puede golpearme el pecho, dar coscorrones en mi cabeza y contar cómo me siento.

Es verdad que la muerte puede hacernos más lindos y más buenos. Pero en este caso, es así para mi, en este caso Néstor Kirchner es el hombre que nos deja un legado. Con criticas, con errores, pero un legado para levantar y seguir su bandera.

Es el presidente que hizo que los derechos humanos sean una política pública, que logró que aquellos 30 mil desaparecidos hoy tengan voz.

Es el presidente que nos dio una Corte Suprema preparada para su función, como nunca en la Argentina, aunque todavía quede mucho por exigirles.

Es el presidente que marcó nuestros lazos con América latina, el que nos despejó de aquella mirada al norte tan argentina.

Es el presidente que anuló las leyes de la impunidad, él fue quien arrancó los cuadros de los dictadores Videla y Bignone de las paredes del Colegio Militar, y quien abrió las puertas de la ESMA, dos de los momentos más sublimes de nuestra historia.

Es el presidente que, junto a Cristina, terminó con las infames AFJP, un negociado sólo mentado en este país, que postergaba a toda la población pasiva y trabajadora.

Es el presidente que, junto a Cristina, nos devolvió nuestra línea aérea de bandera, el agua y el correo.

Es el presidente que, junto a Cristina, impulsó la ley de medios, aquella que hoy esperamos en toda su aplicación.

Es el presidente que, junto a Cristina, logró el matrimonio igualitario, el que nos ubica junto a los países mas cercanos a sus minorías.

Es el presidente que nos hizo hablar nuevamente de política, el que nos contagio su pasión.

Es el presidente que llegó en el momento justo e hizo algo excepcional para nosotros: lo que había que hacer.

Mucho queda por hacer, muchísimo, pero él comenzó algo que es lo que debemos seguir.

Cuando el miércoles a las 10 y 10 de la mañana, mi compañero me despertaba con “Murió Nestor”, no quería abrir los ojos, no quería saber nada con eso. Nunca lloré a nadie que no fueran mis amigos, mis padres, como me ha pasado con él. Mi compañero, mi amor, está enojado, muy enojado: “¿Cómo se fue así? ¿Cómo nos dejó?”. A él también se le llenan los ojos de ríos dulces.

No quiero un país en donde los medios sigan gobernados por Rosendos Fraga. A pocas horas de la muerte del ex presidente, desde las páginas de La Nación, dándole lecciones a Cristina, lecciones espurias, consejos de la más recalcitrante derecha argentina. Además, ¡¿quién es?!

No me interesa que Van Der Kooy lidere la opinión pública, por medio de una grabación en las páginas digitales de Clarín, la trama del drama y la tragedia en nuestro país, relamiéndose en la muerte, con su mejor tono. Son la vergüenza de esta profesión, ellos y tantos mas. O, para decirlo como se debe, son los que han dejado este oficio para dedicarse a otro que su nombre suele ser insulto.

Pero, tuvieron que dar marcha atrás, la gente y el pueblo salió a respaldar a su presidenta. Dejó la tele, apagó la radio, cerró los diarios y se fue a la plaza. Allí estábamos, por eso digo, la subjetividad es la marca protagónica de esta apertura.

En esa plaza de encuentros, en esa plaza, que pedía sabiamente que Cobos se fuera. No puede la presidenta, con la carga de un duelo personal, cargar con el enemigo en la espalda. No puede. Por eso, si algún rasgo de dignidad lo habita a este hombre, no puede no renunciar.

En esa plaza en la que no veía a una presidenta que por el hecho de ser mujer, tenga que ser mas débil; una plaza en donde la misoginia no existía, una plaza que la TV no la representa.

Una plaza que jamás pensó que Néstor no se cuidaba. ¿Cómo querés cuidarte de la pasión? ¿Para qué quiero vivir, para ser longevo y seco? Una plaza que no especula, una plaza con puños llenos de verdades, queremos darle fuerza a Cristina para que siga, para que siga profundizando el cambio.

Miles y miles de personas acompañaron al ex presidente en su ultimo adiós. Miles y miles, lloraban, agradecían. Miles y miles le daban fuerzas a la presidenta.

Ella, entera, acariciaba el ataúd de su marido, su última morada. Ella acomodaba las banderas, como una mujer cobijando a su hombre en un estado de indefensión. Ella, saludaba, agradecía y les decía a esas miles de personas: “cuidate”. Ella, ella, ella.

Vivimos un momento histórico, somos protagonistas activos de lo que pueda suceder en nuestro país. Millones de imágenes recorren mi cabeza, todas con lágrimas en los ojos, todas con fuerza en los puños.

Hoy, esta apertura es dedicada al legado de un hombre que vivió intensamente y nos deja pensando, actuando y discutiendo.

Mis convicciones están intactas, soy la que siempre fui y creo que todos lo que llevamos adelante este programa nos sentimos de la misma manera. A veces la muerte nos da una cachetada de verdades. Ésta es una de ellas.

Sí, ya sé, mejor me callo y empezamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario